“Para el hombre, como para el pájaro, el mundo ofrece muchos sitios donde posarse, pero nidos solamente uno: su hogar”. Oliver Wendell Holmes, médico que ganó su fama como escritor, se apresuraba a ofrecernos una acertada y buena descripción de lo que sentimos en nuestro hogar, nuestro nido. En este mundo acelerado donde las agujas del reloj marcan nuestra agenda y la calma es un oasis desvanecido, encontrar paz y sosiego son valores que seriamos capaces de rescatar de las manos de nuestro mayor enemigo, si nos anunciaran su huida eterna.
Quedarse en casa, se ha convertido en un
placer que la experiencia nos hace comprender, disfrutar y valorar, y qué hoy
en día, es una necesidad para sociedades como la nuestra que se encuentra en un
devenir continuo entre el mundo online y offline. No es de extrañar que la
última tendencia sea el nesting, un reclamo a la vida
pausada y al silencio que ofrecen nuestras cuatro paredes tal y como pone de relieve el artículo de Brenda Chávez de El País en su sección “buena vida”.
Una forma óptima de disfrutar al máximo esta
tendencia es cuidar la decoración
para favorecer un clímax de sensaciones perfecto. Es tan sencillo como respetar
tres aspectos fundamentales para lograr dar vida a nuestro rincón preferido del planeta.
La idea principal es crear un ambiente cómodo y lleno de libertad. Para ello y, en primer lugar, es importante dar un toque de “suavidad” al ambiente, efecto que se puede conseguir muy fácilmente incorporando telas a nuestra decoración.
¡Dale rienda suelta a tu imaginación! Los papeles pintados que ahora están de rabiosa actualidad, te harán trasladarte al paraíso más espectacular y, atención, ¡sin moverte de casa! ¿Qué más se puede pedir?
La dimensión creativa y decorativa de tu
hogar terminará por completarse con muebles de comedor adaptados a tu estilo
más personal, en donde podrás disfrutar de largas veladas con las personas más queridas.
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